Testimonios del Domingo de Ramos: José Ángel Nava.

mayo 06, 2018 Unknown 0 Comments



Testimonio del Domingo de Ramos 2018
Por José Ángel Nava
¡Despierta! Jesús Despojado camina hacia la Catedral y ha dejado un ligero silencio entre la multitud. En la Plaza de la Agustinas ya huele a incienso y se respira un cierto aroma de expectación. Es Domingo de Ramos y María Santísima de la Caridad y del Consuelo está a punto de cruzar las puertas de La Purísima por primera vez. Es un acontecimiento histórico para la Semana Santa de la ciudad y he tenido el honor de ser el cartelista que lo ha anunciado. Por eso, es un día especial para mí.  Me encuentro feliz,frente al plateresco Palacio de Monterrey, como es tradición, rodeado de mi familia y entre la gente de mi ciudad.
¡Despierta! Ya siento el olor a la cera, ya veo las filas de nazarenos acercarse y los ciriales ya ocupan su lugar en la calle. ¡Atención! La llegada del paso es inminente, el sueño azul ya está aquí. Empiezo a escuchar el cimbrear de las bambalinas, el racheo de los costaleros y se divisan a lo lejos los primeros varales entre una nube de incienso. El corazón parece salirse del pecho y la emoción me invade. Las maniguetas marcan el ritmo y el resplandor de la candelería comienza a iluminar de una forma sublime el ágora recoleto. El paso sigue su camino y los primeros rayos de sol dan luz al rostro de la virgen como si de la Inmaculada de Ribera se tratase.
¡Despierta! María Santísima de la Caridad y del Consuelo ya está en la calle. Con la respiración entrecortada y desde lo más profundo, esbozo el primer ¡Guapa! que rompe el silencio en aplausos de los aquí presentes. Y es que ésta es la devoción de verdad, señores… la que te erizada la piel, la que te anuda la garganta, la que hace parar el tiempo.Como sacada de un cuadro allíestá ella, sobre una marea de capirotes, tan azul como el cielo y tan delicada como la cera.
¡Despierta! Suena “Sueño Azul”,acordes que día tras día han inspirado mi trabajo. Y es en este mismo instante cuando me emociono por  haber tenido la suerte de ser heraldo de tan bello momento.Mi mente recuerda el día en el que, sin previo aviso, el Hermano Mayor me dio la noticia… ¡Yo sería el cartelista del año 2018! No podía creérmelo. Desde el principio sentí mucha responsabilidad pues era para mí un reto profesional y sobre todo a nivel personal. Y ahora me encuentro aquí, viviendo lo que tantas veces he imaginado mientras pintaba “La Caridad de María” y aún parece que estoy soñándolo.
¡Despierta! La euforia de los aquí presentes deja paso de nuevo al silencio, el palio se posa frente al palacio, que aún llora la ausencia de su duquesa y mira con orgullo a su hermandad. Ahí está, mírala, parada a lo lejos y… no, creo que no soy consciente, el día ha llegado y está pasando; La Virgen de La Caridad y del Consuelo está en Salamanca. Camina con señorío, acompañada de sus nazarenos y no puedo evitar recordar a tantos hermanos, que aparte de valorar mi trabajo, han sabido darme su cariño ¡GRACIAS! “Sois un ejemplo de unión, corazón y buen trabajo”.
¡Despierta! Suena el llamador y a la voz del capataz: ¡A ésta es! La virgen asciende al cielo. Suena “Macarena” de Abel Moreno y con los varales al viento comienza una nueva chicotá. Al compás de tambor se va acercando al lugar donde me encuentro. Miradas cómplices con mi familia hacen que presienta que el momento cúlmen está a punto de llegar y ellos saben que es muy importante para mí. Miro hacia arriba y nuestras miradas por fin se cruzan y mi corazón no deja de palpitar. Un instante fugaz  y eterno a la vez, que se ve eclipsado por su belleza, su luz, su dulzura, su caridad, su consuelo…
¡Despierta! Acaba de pasar por delante para adentrarse en el corazón de la ciudad. Se aleja como un barco en el mar, camino de la Catedral. El capataz ordena una nueva levantá, la banda deleita con“Pasan los Campanilleros” y una lluvia de pétalos inunda el palio, ¡qué bonita eres!Con la dulzura que desprendes, vas avanzando por nuestra calle más cofrade, la de la compañía, que te acoge entre aplausos y vítores. Caridad y Consuelo ya eres la reina del domingo de ramos, la reina de los salmantinos.
¡Despierta! Aún no creo ser consciente de lo que mis ojos están siendo testigos. ¡Date prisa, despierta! Nuestra Señora se aleja buscando las torres de La Clerecía. Déjame costalero, déjame acompañarla un ratito más… La estampa es tan bella, tan idílica, tan perfecta que parece un sueño. Un “Sueño Azul” del que dudo, pueda despertar…  Aunque para ser sinceros, el sueño no termina aquí, sino que acaba de comenzar…

Agradecer a Álvaro Gómez, hermano mayor y demás hermanos por confiar siempre en mí y dejarme pertenecer a este sueño. También por darme la oportunidad de expresar en estas líneas los momentos más especiales del domingo de ramos, de mi particular sueño azul, y todo lo que ha significado para mí.
¡Gracias!


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