Romero Zafra el día de la bendición de su imagen
Nació el día de la Encarnación de La Virgen de 1956, en un pueblo situado al suroeste de la provincia de Córdoba: La Victoria, España. Con una infancia feliz, se crió rodeado de campos llenos de olivares y amapolas, de dehesas con encinas y trigales, girasoles y melonares.
Tras un breve paso por la escuela y una graduación básica, su inquietud iba por otros derroteros. Manipular y experimentar cualquier objeto que a sus manos llegaba, iba adquiriendo en su persona, un conocimiento de cómo estaban formados todos esos elementos. Esa destreza infantil le vendría muy bien para posteriormente aplicarla en su profesión. En aquellos tiempos de escaseces y penurias, ayudaba a su familia con las tareas relacionadas casi siempre con la agricultura. A los dieciséis años quiso tener otras vivencias que fueran más allá de su pueblo y marchó a Córdoba. Después de hacer el servicio militar comenzó una nueva andadura en tierras catalanas trabajando en diferentes oficios. Posteriormente decidó cerrar una etapa y volver e instalarse en la que hoy es su ciudad: Córdoba. Tras una época dedicado a la pintura se va dando cuenta que todo lo relacionado con el arte, despierta de nuevo su curiosidad.
La llegada al mundo de la escultura y la imaginería es algo tardía, con treinta y cuatro años. De la mano del maestro y amigo Antonio Bernal, ambos iran descubriendo las diferentes técnicas a aplicar, descubriéndonos también a ellos mismos, del cómo plasmar en el barro una forma que expresara y significara algo. Llegó entonces “Ella”, María Santísima de Rocío y Lágrimas, para su ciudad, justo en el año 1990, su primera obra: todo un orgullo para el, desde luego. Desde entonces y hasta hoy día, ha realizado más de un centenar de obras, repartidas todas ellas por multitud de ciudades y pueblos de España y también fuera de nuestras fronteras. Así pues, continua aprendiendo día a día, deseoso de mostrar al mundo una forma de entender la vida, la escultura, la imaginería. Se siente andaluz y le encanta su tierra, su gente, sus tradiciones… Le apasiona su trabajo y cada día intenta poner un trocito de su alma, en cada obra o proyecto que realiza.
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